Bajo
la misma estrella

Hazel lo convence de leer Un dolor imperial, su libro favorito,
Gus consigue el correo electrónico de la asistente de Peter (el autor de Un dolor imperial), llamado Lidewij,
y junto con Hazel le escriben cartas al autor. Él, les responde que no les dirá
que ocurre después del final de Un dolor imperial a no ser que
se vean en persona. Hazel está muy feliz por el viaje, pero también decide que
no quiere que ella y Gus sean más que amigos.
Una noche Hazel se
despierta con un dolor fuerte en la cabeza. Ella pensaba que era un tumor,
porque el cáncer se podía expandir, pero sólo fue la falta de oxígeno y el
líquido en sus pulmones el que ocasionó todo. Hazel es internada en la UCI. Después de
recibir el alta y algunas consultas a sus doctores, Hazel consigue el permiso
para viajar a Ámsterdam con su madre y con Gus. En el viaje de ida a Ámsterdam,
Gus confiesa a Hazel que está enamorado de ella y Hazel queda sorprendida pero
no puede decirle que ella también lo ama por miedo a lastimarlo en un futuro
cuando ella muera.
Días despues Gus aprovecha
para contarle a Hazel de que su cáncer ha vuelto y sus esperanzas de vida son
muy pocas.
Gus finge un velatorio y ocho
días después, muere. En el funeral Hazel se encuentra con Van Houten, quien le
explica que fue Augustus quien le insistió en que asistiera a su funeral,
confesando que él tuvo una hija que murió de cáncer.
Ella fue su inspiración para el personaje
principal, Anna, de Un dolor
imperial, Gus había escrito algunos párrafos sueltos y se los envió al
autor con la esperanza de que este pudiera convertirlos en un discurso fúnebre
en caso de que Hazel falleciera antes.
Ladrona de libros

La protagonista es una niña de diez años llamada Liesel que roba libros relacionados de alguna manera con acontecimientos de su vida privada. Así se inicia en el robo con "El manual del sepulturero" un año antes de la guerra en recuerdo a su hermano muerto y a su madre desaparecida.
La novela nos muestra como la sociedad alemana va cambiando hacia el racismo. No se debe admirar a los negros aunque sean campeones de las Olimpiadas de Berlín como hace un amigo de la niña llamado Rudy. Y los protagonistas no son indiferentes a su entorno político: toman partido por uno u otro bando, a pesar de ser alemanes. Y también aparecen los judíos perseguidos representados en un tierno niño que escribe cuentos para escapar del horror dejándo volar la imaginación.
Nos habla de personas que viven, sufren y sobreviven en un país que ha provocado una guerra. También en la Alemania nazi hay hambre, igual que en el resto de los países en conflicto. Los niños roban comida. La niña roba "Mein Kapft" de Hitler. Lo roba el mismo día en el que el odioso Hitler celebra su cumpleaños.
Lo más original de esta novela es que muestra la II Guerra Mundial desde el punto de vista de los perdedores, es decir, de los malos.
REMEMBER
ME

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